
La ansiada recuperación de los viajes y el turismo tendrá que esperar y la Semana Santa no se parecerá a las vacaciones habituales antes de la aparición de coronavirus y estará más cerca de lo acontecido en 2020, cuando en pleno confinamiento domiciliario los establecimientos hoteleros y alojamientos turísticos estuvieron cerrados.
Así, para el conjunto provincial, se espera una tasa de ocupación del 32,0%. Si nos detenemos en localidades y zonas turísticas, la ciudad de Alicante espera ocupar 30 de cada 100 camas disponibles, cuando en 2019 se llegó al 86,1%. En Playa de San Juan se espera una tasa del 36,5%, frente al 85,4% de 2019. Las mejores perspectivas se encuentran en Jávea, que espera una ocupación del 82,0%; El Campello-Villajoyosa, que confían en lograr un 58,6%; Orihuela-Algorfa, que esperan un 51,2% o Santa Pola, que llegará previsiblemente al 47,0%. Peores datos se darán en Guardamar (35,7%) o establecimientos de interior (8,6%).
Las restricciones marcadas al turismo nacional e internacional hacen que el único mercado viable sea el del turismo doméstico de la Comunitat Valenciana.
Estas cifras ahondan la crisis que vive el turismo como consecuencia de la crisis sanitaria. APHA sigue reclamando apoyo para el sector y un plan de rescate que evite el cierre definitivo de negocios turísticos que serán viables si se logra superar este periodo de restricciones.